REJA I, ‘parte del arado’, del lat. RୱGŬLA ‘regla’, ‘barra de metal o de madera’.
1.ª doc.: relia, doc. burgalés de 974 (M. P., Oríg., § 7.1); reja, Berceo y doc. de 1216 (Oelschl.).
DERIV.
Rejada o arrejada ‘aguijada’ [Cortes de 1369, DHist.]. Rejo [«r. de cinto: fibula», Nebr.], designó primitivamente una «punta o aguijón de hierro» [Aut.], como la de la hebilla (y de ahí la hebilla misma, Nebr.) o el de la abeja, también «el clavo o hierro redondo con que se juega al herrón» (Covarr.), «cierto género de hierro que se pone en el cerco de las puertas» (Covarr.), después figuradamente «robustez, fortaleza»1 [S. XV, Mingo Revulgo, en Aut.]2, ac. todavía andalura (F. Caballero, Clemencia II, cap. 6, p. 203); de ‘hebilla del cinto’ se pasó a ‘cinto de cuero’ (en los extremeños Torres Naharro y Sz. de Badajoz) y luego en Cuba y Columbia ‘lazo de enlazar’, ‘tira de cuero’, ‘azote’ (Cuervo, Ap., § 553; Disq., 1950, 283n.15), comp. ast. reyu «soga de cerdo o junco» (V), rechu (Munthe), gall. rello «cordel, cinta, lazo, collar, ceñidor» (Vall.), tener a uno a rêllo ‘sujetarle, atarle corto’ (Sarm. CaG. 219r), port. relho ‘cinto, cinturón, azote de cuero torcido’, y finalmente ‘recio’ en la loc. velho e relho (que no puede salir de RIGIDULUS, pese a Cornu, GGr. I, § 139; Cej. V, § 28 V. RECIO n. 7; gall. arrellar ‘apartar el becerro para que no mame’, ‘contener, sujetar’ (Sarm. l. c.); reyeru ast. ‘el que hace reyos’ (V); rejega ‘(vaca) mansa a la que se amarra el ternero del pescuezo’; enrejar ‘practicarle esta operación’ cub. (Pichardo). Rejón ‘barra cortante que remata en punta’, ‘especie de lanza para herir los toros’ (Aut.) [1475, G. de Segovia, p. 71, con -j- asegurada por el orden alfabético]3, ‘especie de puñal’ (Aut.); rejonada zamor. ‘cierto juego de niños’ (FD); rejonazo; rejoncillo; rejonear [Aut.], rejoneador, rejoneo. Enrejar ‘poner reja al arado’.
1 Viene al parecer del sentido de reja del arado, pruebas y documentación en Gillet, HispR. XXVI, 290-1.― ↩
2 Voz rara que, según subraya Aut., declaró castellana Covarr. Pero también aparece en el Quijote: «partes son ésas... no sólo para ser condesa, sino para ser ninfa del verde bosque. ¡Oh hi de puta, puta, y qué rejo debe de tener la bellaca!» (II, xiii, Cl. C. V, 236). Luego era palabra popular.― ↩
3 Otro ej. antiguo en una Crónica chilena, Draghi, Canc. Cuyano, p. 529. Comp. el cat. ant. relló de sentido análogo en Muntaner (Misc. Fabra, p. 167). Cf. oc. ant. relhon ‘fer d’arbalête’, ralhon «trait d’arbalête» (V. RAJAR y RALLO). De aquí bearn. arralhoeyà, que leo en un documento bearnés de 1481 hablando de un boeu (buey o toro) a quien persiguen por las calles «lanseyan et arralhoeyanlo ab lors lances e balestes... deuquoal excès, lansseyament et arralhoeyament...» (Cartul. de Ossau, ed. Tucoo, p. 186). No queda claro si se trata de rejonearlo (a lo cual corresponde perfectamente en lo fonético esa palabra gascona) o de tirarle con la ballesta. ↩