REJA I, ‘parte del arado’, del lat. RGŬLA ‘regla’, ‘barra de metal o de madera’.

1.ª doc.: relia, doc. burgalés de 974 (M. P., Oríg., § 7.1); reja, Berceo y doc. de 1216 (Oelschl.).

De uso general en todas las épocas («dentale, que es la primera parte del arado, en que se encaxa la reja como diente» APal. 109b; 311b; 536d; «reja de hierro para arar: vomis» Nebr.). Se distinguía fonéticamente de REJA II, que hasta el S. XVI fué rexa. En latín RGŬLA sólo designaba una ‘barra de hierro’ en general, pero desde ahí podía pasarse fácilmente a ‘reja del arado’, la barra de metal más importante para el labrador. El lat. VĶMER se conservó solamente en italiano, macedorrumano, bearnés y aragonés (güembre, guambre), siendo sustituído por el celtismo soc en francés, y por REGULA en oc. (relha), cat. (rella), cast., port. (relha), gall. (rella ‘pieza que junta los miñons al eje de la rueda del carro’, Sarm. CaG. 95r) y algunas hablas del SE. francés (Jura reille; en francés antiguo vale ‘ripia’, ‘barra’). La forma leonesa es reya, que en Asturias, además de ‘reja de arado’, vale «cada una de las dos piezas de madera que atraviesan el moil del carro y se fijan en los cambuchos, haciendo el oficio de rayos», «cada uno de los maderos que se emplean a modo de cunas para sujetar la viga del lagar» (con otras acs. en V).

DERIV.

Rejada o arrejada ‘aguijada’ [Cortes de 1369, DHist.]. Rejor. de cinto: fibula», Nebr.], designó primitivamente una «punta o aguijón de hierro» [Aut.], como la de la hebilla (y de ahí la hebilla misma, Nebr.) o el de la abeja, también «el clavo o hierro redondo con que se juega al herrón» (Covarr.), «cierto género de hierro que se pone en el cerco de las puertas» (Covarr.), después figuradamente «robustez, fortaleza»1 [S. XV, Mingo Revulgo, en Aut.]2, ac. todavía andalura (F. Caballero, Clemencia II, cap. 6, p. 203); de ‘hebilla del cinto’ se pasó a ‘cinto de cuero’ (en los extremeños Torres Naharro y Sz. de Badajoz) y luego en Cuba y Columbia ‘lazo de enlazar’, ‘tira de cuero’, ‘azote’ (Cuervo, Ap., § 553; Disq., 1950, 283n.15), comp. ast. reyu «soga de cerdo o junco» (V), rechu (Munthe), gall. rello «cordel, cinta, lazo, collar, ceñidor» (Vall.), tener a uno a rêllo ‘sujetarle, atarle corto’ (Sarm. CaG. 219r), port. relho ‘cinto, cinturón, azote de cuero torcido’, y finalmente ‘recio’ en la loc. velho e relho (que no puede salir de RIGIDULUS, pese a Cornu, GGr. I, § 139; Cej. V, § 28 V. RECIO n. 7; gall. arrellar ‘apartar el becerro para que no mame’, ‘contener, sujetar’ (Sarm. l. c.); reyeru ast. ‘el que hace reyos’ (V); rejega ‘(vaca) mansa a la que se amarra el ternero del pescuezo’; enrejar ‘practicarle esta operación’ cub. (Pichardo). Rejón ‘barra cortante que remata en punta’, ‘especie de lanza para herir los toros’ (Aut.) [1475, G. de Segovia, p. 71, con -j- asegurada por el orden alfabético]3, ‘especie de puñal’ (Aut.); rejonada zamor. ‘cierto juego de niños’ (FD); rejonazo; rejoncillo; rejonear [Aut.], rejoneador, rejoneo. Enrejar ‘poner reja al arado’.

1 Viene al parecer del sentido de reja del arado, pruebas y documentación en Gillet, HispR. XXVI, 290-1.―

2 Voz rara que, según subraya Aut., declaró castellana Covarr. Pero también aparece en el Quijote: «partes son ésas... no sólo para ser condesa, sino para ser ninfa del verde bosque. ¡Oh hi de puta, puta, y qué rejo debe de tener la bellaca!» (II, xiii, Cl. C. V, 236). Luego era palabra popular.―

3 Otro ej. antiguo en una Crónica chilena, Draghi, Canc. Cuyano, p. 529. Comp. el cat. ant. relló de sentido análogo en Muntaner (Misc. Fabra, p. 167). Cf. oc. ant. relhon ‘fer d’arbalête’, ralhon «trait d’arbalête» (V. RAJAR y RALLO). De aquí bearn. arralhoeyà, que leo en un documento bearnés de 1481 hablando de un boeu (buey o toro) a quien persiguen por las calles «lanseyan et arralhoeyanlo ab lors lances e balestes... deuquoal excès, lansseyament et arralhoeyament...» (Cartul. de Ossau, ed. Tucoo, p. 186). No queda claro si se trata de rejonearlo (a lo cual corresponde perfectamente en lo fonético esa palabra gascona) o de tirarle con la ballesta.